Messi partió de Buenos Aires luego de grandes celebraciones en un avión junto a Angel Di María y Paulo Dybala. Mientras Dybala continuaba rumbo a su Córdoba natal, Messi y Di María desembarcaban en Rosario. Desde allí, Messi viajó en helicóptero hasta su casa en un rancho de Funes, a 30 kilómetros de Rosario. Sin embargo, no pudo ingresar a su casa de inmediato, ya que cientos habían rodeado el área para ver la estrella.
Así entró Messi a su casa en Funes. pic.twitter.com/LrWuOy2VH7
— Tomás Dvoretzky (@TomasDvoretzky) 20 de diciembre de 2023
La casa de Messi se inundó con cientos de fanáticos argentinos que se reunieron para agradecerle a su esposa Antonella. Ella lo llevó a casa después de dos días de fiesta para celebrar el triunfo de la Copa del Mundo sobre Francia.
más temprano, un desfile para celebrar a los campeones argentinos de la Copa del Mundo se interrumpió abruptamente cuando millones de personas acudieron en vías públicas, autopistas y pasos elevados en un caótico intento de vislumbrar a la selección nacional que ganó una de las grandes finales de la Copa del Mundo de todos los tiempos.
Tantos fanáticos jubilosos que agitaban banderas inundaron la capital que los jugadores tuvieron que abandonar el autobús al aire libre que los transportaba a Buenos Aires y abordar helicópteros para un sobrevuelo de la capital que el gobierno anunció como un desfile aéreo.
Messi es allegó a Rosario y ya se fue barrio privado donde vive ❤️
Y en que nave llego che… 👀🇦🇷 pic.twitter.com/DV88kj40vc
-Esto Es Fulbol Pibe (@Estoesfubolpibe) 20 de diciembre de 2023
“Los campeones del mundo están sobrevolando todo el recorrido en helicópteros porque era imposible continuar por tierra por la explosión de alegría de la gente”, escribió en redes sociales Gabriela Cerruti, vocera del presidente Alberto Fernández.
Luego de sobrevolar puntos clave de Buenos Aires donde se había concentrado la afición, los helicópteros regresaron a la sede de la Asociación del Fútbol Argentino en las afueras de la capital.
Algunos fanáticos continuaron celebrando en las calles, mientras que otros salieron de Buenos Aires con caras largas, quejándose de no poder presentar sus respetos al equipo que trajo a casa el primer trofeo de la Copa del Mundo del país desde 1986.
“Estamos enojados porque el gobierno no organizó esto adecuadamente para que todos pudiéramos celebrar”, dijo Diego Benavídez, de 25 años, quien había estado esperando desde temprano en la mañana para ver al equipo.
Con entradas AP
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