La historia de la tercera ciudad de Argentina, que le dio al mundo a Messi

Con más de una docena de teatros, unos 20 museos y una animada escena musical local, incluida la banda de punk-ska Argies, hay mucho para entretener a los 1,5 millones de residentes, incluida una gran población estudiantil. El distrito de Pichincha es un centro gastronómico a veces comparado con el moderno Palermo Viejo en Buenos Aires, con de todo, desde restaurantes de carnes tradicionales hasta bares clandestinos ultra-cool.

Rosario podría llevar el nombre de una virgen santa -el nombre significa Rosario, como en la oración- pero se la conoció como «la Chicago argentina» porque era el principal puerto de exportación de cereales; también era conocido por sus mafiosos sicilianos. Una antigua tienda de granos, el Silo Davis, ahora alberga una museo de arte contemporáneo. Los patriotas locales preferirían que su ciudad fuera conocida como la Cuna de la Bandera o la Capital de los Cereales o incluso la Barcelona argentina, en referencia a su historia de solidaridad obrera.

Creo que debería estar hermanado con Manchester, por todas las razones anteriores. Sin embargo, si Messi alguna vez regresa a casa, las tradiciones religiosas y futbolísticas finalmente se entrelazarán en una sola divinidad. Ya se le conoce como la exportación local, en lugar de las pieles, las carnes congeladas y el trigo que construyeron la ciudad. Rosario de Santa Fe probablemente se convertirá en Rosario de San Leo. Incluso podrían quitar el Sol de Mayo, y adornar los colores patrios con su rostro.